Ya queda muy lejano el año 1980 cuando descubrí lo que eran los “rallyes de scalextric” en la mítica Escudería KMC. De muy joven era aficionado a este hobby cuando mis padres nos regalaron a mi hermano y a mí el fascinante juego, pero no fue hasta que hice mi primera participación en una carrera cuando empecé a ver la magnitud de lo que se podía hacer con estos coches de plástico guiados por un carril. Es una afición que desde entonces no he perdido.

 

Con tan solo seis años llevé a mi hijo mayor a su primer rally y se lo pasó muy bien aunque, reconozco, que estaba mucho más nervioso y tenso cuando corría él a cuando lo hacía yo y así con el paso de los años llevaba a mis tres hijos a competir porque se lo pasaban bien. Y empezaron a venir los buenos resultados y las victorias.

 

Personalmente, estoy muy satisfecho de haberles hecho partícipes de mi afición porque hemos conseguido unos valores añadidos como son la superación, la rivalidad, el compañerismo y el compartir con gente de tu misma afición momentos inolvidables.

Acostumbrados al mundo digital y de realidad virtual de consolas, ordenadores, tablets, etc. Tan inmersos en nuestra vida cotidiana actual, el hecho de poder disfrutar de la realidad total de montarte un coche, pintarlo, prepararlo, repararlo… y que puedas constatar que algo que has hecho tu mismo funciona, la verdad es que no tiene precio. La sociabilidad entre personas que se consigue en las horas que dura una competición o una sesión de entrenamiento para mejorar el coche o la técnica no es comparable, a mi entender, “con nuestro gran adversario”: La realidad virtual.

 

Por estas razones ya queda lejano el año 2.002 cuando decidí junto a mi familia crear “Dream Slot” con las premisas de seguir disfrutando de este hobby, de poder promocionarlo, de crear nuevos aficionados y de mantener los ya existentes. Por eso hemos incidido más en la formación de nuevos aficionados, que en la competición pura que, evidentemente, no hemos dejado de lado. En el caso de haberlo conseguido ya nos damos por satisfechos. Sería una gran pena que se perdiese este juego.